Siempre he sido fanática de las obras de Lynch. Ver Eraserhead es como sumergirse en una horrorosa pesadilla que no termina jamás. Es rica en fotografía blanco y negro, ambientes, iluminación, efectos especiales que para la época están super bien realizados :)
Lynch es un excéntrico, todas sus películas nos muestran parte de sus sueños (o pesadillas) y parte de su personalidad. Genial es que existan directores que logren llegar al público, que de veras uno se sienta como uno de los tantos personajes bizarros de sus films.
Cabeza borradora es, por todo ello (y mucho más), una experiencia al límite. Al límite de la vanguardia, al límite de lo racional y, sobretodo, al límite de la cordura.
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